Terminó la Era Cipriani

Con el nombramiento del sacerdote diocesano Carlos Castillo como nuevo Arzobispo de Lima el pasado 25 de enero, el Vaticano pone fin a un polémico y duro periodo en la Iglesia Católica del Perú, marcado por las críticas a la actuación conservadora de Juan Luis Cipriani, ahora Arzobispo emérito.

De acuerdo a las normas del Código de Derecho Canónico, Cipriani tuvo que presentar su dimisión al haber cumplido 75 años, habiendo el Papa Francisco aceptado su renuncia y nombrado inmediatamente a su sucesor.

El nuevo Arzobispo es un limeño de 68 años, bachiller en Ciencias Sociales con estudios de posgrado en filosofía y teología en Italia, que ha tenido trabajo pastoral en diferentes parroquias de Lima. Es docente universitario y ha sido asesor de la Unión Nacional de Estudiantes Católicos.

Esta decisión del Vaticano se da meses después de que fuera nombrado Cardenal del Perú, el jesuita Pedro Barreto, vinculado con la defensa del medio ambiente, que además ha declarado en varias ocasiones estar a favor del enfoque de género para acabar con la violencia contra las mujeres. Para muchos católicos, se abre una nueva era de mayor apertura dentro de la Iglesia.