Sobre la Captura del Estado

En un excelente artículo publicado en Noticias SER, Mirtha Vásquez nos alcanza una reflexión a propósito de la designac­ión del “nuevo” gabinete. En él nos cuenta cómo en las carteras estratégicas como son Economía, Producción, Energía y Minas, y Ambiente, se ha mantenido el patrón impuesto en los últimos años, de designar a personas que provengan de los sectores empresariales y vinculados a los grupos de poder económico para facilitar así el funcionamiento de un modelo y viabilizar sus intereses.

 

Entre otras cosas, nos revela que el nuevo ministro de Economía, David Tuesta viene de uno de los grupos empresariales más poderosos a nivel mundial: BBVA.

 

Asimismo, que el ministro de Producción, Daniel Córdova estuvo al frente de Invertir, empresa que realiza servicios de responsabilidad social para mineras como Southern, Volcan y Minsur, que tienen varios proyectos en explotación y otros por ejecutar.

 

Que Francisco Ísmodes, ministro de Energía y Minas, viene de ser Gerente de la minera Milpo por varias décadas, una de las empresas con más más multas por afectación al medio ambiente y con muchos intereses por hacer viables sus proyectos.

 

Nos cuenta también que la nueva ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, también viene de trabajar como gerente de Relaciones Comunitarias y Comunicaciones de la minera Anglo American, cuyo proyecto Quellaveco está en el inicio de su ejecución.

 

Nos revela igualmente que estas designaciones no son casuales, sino que obedecen a una política ya institucionalizada en nuestro país, en donde el poder de las empresas logra injerencia directa en los asuntos de Estado en función a sus intereses. Es lo que se llama, nos dice: la “captura del Estado”.

 

Este fenómeno de dominación política de los sectores económicos, se puede producir con diferentes métodos. Uno es el de las “puertas giratorias”, muy usado en nuestro país, y que consiste en nombrar como funcionarios de Estado a personajes de poder estrechamente relacionados a los organismos financieros internacionales y a las empresas, tendiendo a ser empleados de uno y otro lado, según convenga a sus intereses. El objetivo es asegurar que las decisiones políticas del sector público se generen a favor de estos grupos y sus intereses económicos. De esa manera, la influencia directa de las corporaciones en el Estado, asegura que se suavice la regulación a favor de las empresas, debilitando a las instituciones del Estado y a los procesos que son responsables de respetar, proteger y asegurar los derechos de las poblaciones.

 

En esa línea la autora del artículo se pregunta ¿Qué podemos esperar de estos nuevos ministros de Estado y del propio Presidente? Y responde claramente. No podemos esperar nada diferente a lo vivido en los últimos años. Finalmente, nos llama a estar alertas, pues el modelo está vigente y seguirá profundizándose. Lo único que ha cambiado por ahora son los operadores.

 

Así parece demostrarlo, la nueva ampliación del estado de emergencia, que seguirá afectando a la provincia de Cotabambas, y a las provincias ubicadas en el llamado corredor minero.